lunes, 7 de septiembre de 2015

Hoy lluevo por dentro.

Hoy llueve.
Yo también estoy lloviendo.
No me apetecía llover hoy,
no creo que sea yo la que decida eso.
A veces es bueno
acompañar al tiempo,
llover un poco.

Hoy no sólo llueve,
hoy tengo tormenta
aunque en el cielo no hay rayos
aunque nadie puede escuchar
mis ruidosos truenos.
No parece que esta tormenta
vaya a pasar rápido.

Ojalá se acabe pronto,
ojalá pueda secarme
estas gotitas de agua,
disfrutar de la lluvia que hay fuera,
escuchar el traqueteo
en los cristales de mi ventana,
sentir el olor a suelo mojado

Y más tarde ver como sale el arcoiris.

Hoy llueve
y no solo fuera,
hoy lluevo por dentro.

sábado, 5 de septiembre de 2015

Carta a Frío.

Querido Frio:

Has venido pronto, muy pronto.
¿Que haces tú aquí con Septiembre?
No te esperaba.
Me has pillado desprevenida.
Estoy aquí sin mi manta favorita ni sudaderas a mano...
Ni siquiera he hecho la lista de películas que tocan esta temporada.
No tengo chocolate calentito, ni los jerséis en los armarios ni ninguna bufanda nueva.

Se que quizá te vayas pronto y no vuelvas en unas semanas.
Te contaré un secreto, mi pequeño secreto:
me gusta tenerte cerca,
me gusta que el vello se me levante de la piel,
el olor a cielo nublado
y la brisita que entra por mi balcón cuando vienes a visitarme.

Ojalá no te fueses nunca,
ojalá pudiera llevar siempre jerseys calentitos,
 calcetines gordos y gorritos de lana.
Ojalá Sudadera pudiera ser mi mejor amiga todo el año.
Quizá regreses pronto
 y ojalá no te vayas en mucho tiempo,
ojalá tenerte hasta primavera.

                                                                                      Te quiere, Alba, la de siempre.

PD: Está entrando un rayito de sol por la ventana, dile que se vaya y acurrucate junto a mi.

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Mi color favorito.

Mi color favorito siempre fue el de sus labios, los labios que mil veces aparecieron en mis sueños. Sólo tuve la suerte de verlos una vez en aquella estación de tren y no me hizo falta volverlos a ver.

En el andén de enfrente aquel día de Octubre en el que viajaría lejos de casa estaba ella, estaba pidiendo que la dibujara a versos, que me enamorara de su sonrisa.

Aquella chica tenia la mirada perdida, una mirada desilusionada y en cuanto escuchaba unos pasos cerca se volteaba. Pensé que esperaba a alguien, alguien importante. En ese momento desee ser yo.

Se veía desde la distancia lo nerviosa que estaba, el temblor de sus piernas y como agitaba las manos que sujetaban aquella pequeña maleta.

Su pelo era todo un espectáculo, era de un naranja tan vivo que todos moririais de envidia si lo observarais.

Creo que lo que me llamó mas la atención fue aquella corona de flores, se veía a la legua que eran flores de verdad y sabía que si me acercase un poco oleria a primavera.

Solo parpadee un segundo y vi una mirada llena de brillo, unos brazos que la sostenían y su pequeña maleta en el suelo.

Y mi tren llegó.

Y sólo la volví a ver en mis más preciados sueños.