jueves, 17 de abril de 2014

Miedo.

Ya no era el hecho de que se encontraba perdida, era el hecho que tampoco le encontraba a él. ¿En que momento decidió que su vida fuera a centrarse en aquel chico de pelo moreno? Quizá ella no controlase eso, y el amor, no era culpa suya, sino que sus sentimientos salieron solos, o quizá se empeño tanto en querer aquel chico que ahora le quería más de lo se imaginaba.  Sea como fuese, estaba unida a él más que a su propia vida, y quizá mantener aquella amistad le gustaba o simplemente le hacía un daño que ni ella quería aceptar. Le gustaba compartir aquellos momentos de risas y abrazos, que quizá para ella significaban más que para él. Pero nunca se lo dijo.

 Él la trataba como una amiga, pero se notaba, que no solo la quería como  a una simple amiga, o al menos eso veían todos menos ella. La había querido tanto, que tenía miedo a que por su culpa ella sufriera algún daño, de volver a hacerle daño, y por eso, permanecía cuidándola como un amigos más, por mucho que le doliera. Sus ojos verdes le atraían como si de un hechizo se trataba y deseaba volver a perderse entre su pelo, pero se prometió que nunca más lo haría, que debía asumir que solo serían amigos y la cuidaría como a una hermana. Y eso hizo, cuidarla hasta que cada uno encontró su camino y fueron felices a medias, porque parecía que era verdad eso que decían de que el primer amor no se olvida.

"El miedo, pudo con ellos, pero no con sus sentimientos."